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| Arina B. Photography |
Con lo poco que me gusta a mi el frío aún me estoy preguntando a mí misma qué hago escribiendo un post como este. Pero claro, es que a ver quién va a resistirse a una boda de invierno, en plena Navidad y más si tenemos la suerte de que el paisaje esté nevado, ¿o no?
Y para el seating nada mejor que seguir con estos elementos: unas piñas sosteniendo el nombre de cada invitado o unos bonitos abetos aún pequeños que además nos sirven también como detalle.
No pueden faltar los números de las mesas a juego con nuestra decoración. De nuevo abetos sosteniendo el número o unas bolsas kraft llenas de frutos rojos que presidan el centro de cada mesa.
Incluso podemos personalizar cada servilleta para que quede todo más bonito aún si cabe.
Como porta alianzas podemos elegir unos palotes navideños que incluso podremos comernos una vez finalizada la ceremonia y harán las delicias de todos, además de darle un toque original.
Y si no queremos que nuestros invitados mueran congelados de frío mejor les repartimos unas mantitas.
En las tartas, sencillas, blancas, y ya jugamos con los elementos decorativos para darles toques de color.
Llega el turno de la novia y es que aunque haya vestidos de manga larga, la tela no es tan gruesa como para aislarnos completamente del frío, no tenemos la misma suerte que nuestros chicos, así que tendremos que recurrir a otros complementos para abrigarnos. Y todo sea dicho, no quedan nada mal... Una chaqueta en tonos crema con bufanda incluida, una estola de pelo (mejor si es sintético), un poncho de lana o un enorme abrigo con capucha como el que lució Tatiana Santo Domingo en su boda suiza.
¿Os casaríais en pleno invierno? Es cierto que la mayoría de las novias buscamos épocas donde ya haga un poco de calorcito y podamos lucir nuestros vestidos, pero no me digáis que estas novias no lucen los suyos y no salen fotos bonitas... Y la decoración no puede ser más ideal. ¿Qué os ha parecido?
* Imágenes vía: Pinterest.
